domingo, 23 de septiembre de 2012

61.No me mires con los ojos, hazlo con el corazón.

Me siento en el sillón, se ha quedado dormidita y no la quiero molestar así que me pongo a trastear con mi móvil. He llamado a mi madre y se ha alegrado un montón, aunque no conoce a Kelly ya le ha cogido cariño con lo que la he contado, a demás le he enviado una foto suya y piensa que es muy guapa. Patri, Ryan y Susana están de camino, ellas casi me dejan sordo cuando las he llamado porque se han puesto a gritar y Kelly solo reía y reía. La miro, me da un poco de miedo que se vuelva a dormir y no vuelva a despertarse, pero mientras la maquinita que tiene a su derecha no pite significa que todo va bien. Recuerdo cuando la vi besándose con aquel chico, el corazón me dio un vuelco y me pregunto todo el tiempo quién será, pero tengo que buscar el momento adecuado para preguntarla. Eso que hizo un estuvo bien pero me da miedo preguntarla porque no quiero que por eso esto termine pero tampoco quiero que me quede esa duda… Me arropo con la chaqueta y me acomodo en el sofá hasta que me voy quedando dormido poco a poco.



-Hey Bieber, despierta.

Me zarandean hasta que me despierto y los miro con el ceño fruncido. Se ríen y yo sonrío antes de bostezar, Kelly me mira y niega con la cabeza.

-Hola-saludo.

Le doy un abrazo a los tres y voy al lado de la cama de Kelly, ella nos mira.

-¿Y como te encuentras?-pregunta la pelirroja.

-Bien-dice ella sonriendo.

-Te hemos traído algo-dice Ryan.

Patri saca de una bolsa varias cosas envueltas con papel de regalo, Kelly sonríe como una niña pequeña. Me gusta verla así de feliz, eso significa que está bien de verdad.

-¡Y las flores!-dice Patri antes de dejarlas en la mesilla que hay a la izquierda de la cama.

Kelly empieza por el primer paquete, es una caja de galletas de mantequilla, sus favoritas. El segundo paquete es un pijama de Mickey Mousse. Y por último una caja de bombones.

-Ohh, muchas gracias chicos-dice sonriendo-¿Pero que pasa que queréis que engorde?

Soltamos una carcajada y ella se incorpora dejando los regalos a un lado.

-No hacía falta en serio… Sois los mejores.

-Si claro, venga déjate de sentimentalismos que en cuanto salgas vamos a hacer una súper fiesta por el cumpleaños de tu novio-dice Ryan riendo.

-Eso, eso-dice la pelirroja.

Todos reímos, es agradable estar así riendo tos juntos pero preferiría que no estuviésemos en el hospital… Espero que salga pronto de aquí.

Cuando los chicos se marchan nos quedamos solos y en silencio, siento su mirada en mí pero yo no la miro. Estoy buscando las palabras adecuadas para decírselo pero no las encuentro, esto no es tan fácil.

-¿Justin te pasa algo?-pregunta poniendo una mano en mi pierna.

-No, ¿por qué?-digo rápido.

-No sé, como no dices nada... ¿Estás enfadado conmigo?

-No...

-Pues estás muy raro...

Me quedo en silencio para después soltarlo de golpe y que ella me mire sorprendida.

-¿Quien era el chico que te besó?

Se queda en silencio mirándome pero termina contestando.

-No lo sé-dice seria

-¿Cómo que no lo sabes?-frunzo el ceño.

-No Justin, no lo sé.

-¡Si lo sabes!-alzo la voz.

-Jus, te juro que no, acababa de despertarme y veía borroso, creía que eras tú y me venía a besar y le dejé…

-Kelly, te prometo que si me dices quien es no me enfado pero dímelo por favor.-digo un poco más calmado.

-Que no lo sé-sigue en sus trece.

Si te besas con alguien es porque saber quien es, no te besas con cualquiera así porque sí. A demás, ¿cómo que pensó que era yo? Esto es surrealista…

-No me mientas Kelly…

-¿Piensas que te estoy mintiendo? ¿De verdad lo piensas? Ya veo todo lo que confías en mí Bieber…

-Si besas a alguien es porque sabes con quien te vas a besar, no vas besando por ahí al tuntún-me estoy enfadando de verdad y no quiero.

-¡Joder que yo no besé a nadie!-me grita.

-No me grites.

-Te grito si me da la gana porque tú me has gritado antes.

Sé que está al borde de las lágrimas así que no la respondo y la abrazo porque no me gusta nada que llore y menos si yo soy el culpable. No me gusta salir perdiendo pero cuando sé que algo se está pasando de los límites es cuando hay que tragarse el orgullo. Cuando discuto con mi madre, me paso de la raya y ella va a llorar, simplemente me callo y la abrazo para que no llore, no soporto ver a una mujer llorar por mi culpa.

-Ya está, por favor no llores, lo siento-susurro en su oído.

-Justin, te juro que no sé quien era-dice ella.

-Ya tranquila…

Me abraza más fuerte. A veces soy un gilipollas, seguramente sea verdad lo que ella dice… Recuerdo la primera vez que me peleé con Ryan, éramos unos críos y estábamos jugando a los cromos cuando llegó Sandy, la que era su novia por aquel entonces. Ella tenía doce años igual que nosotros y para mi gusto era un poco desagradable, no sé si solo conmigo, pero me trataba como el culo. Esa tarde ella vino con otro chico y cortó con Ryan así porque sí. Entonces yo cogí y cuando la chica se fue le dije a mi amigo: ”Yo ya sabía que iba a hacer esto, te lo dije” y se puso como un loco, incluso me pegó un puñetazo. Me marché corriendo a mi casa, ese que me había pegado no era mi mejor amigo y hasta él mismo lo sabía. Mi madre me curó el labio y al ratito llamaron al timbre. El pequeño Ryan entró en mi casa llorando y yo no pude hacer otra cosa que abrazarle porque no soportaba que nadie llorase en mi presencia igual que me pasa ahora.

Dejo de abrazarla y me siento a su lado en la cama, me mira como indecisa.

-¿Estás enfadado?-pregunta demasiado bajito para mi gusto.

Niego con la cabeza y sonrío, ella también sonríe.

-Entonces bésame-dice sin más.

Y yo sin oponerme me acerco lentamente a sus labios y la beso dulcemente mientras con mis manos dibujo círculos invisibles en su espalda.

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