Me aburro un montón. Cuando Justin se lo propone puede estar
bien calladito, parece que la película le interesa un montón, pero sinceramente
a mí me parece una mierda. Escucho la tele de fondo pero estoy mirándole a él,
me sé el perfil izquierdo de su cara de memoria pero sigo mirándole. No sé da
cuenta de que le estoy mirando y le doy con un dedo en la nariz y sonríe, me
mira. En seguida vuelve su vista a la tele y suspiro. Puede estar dos horas
hablando sin descansar, pero no me puede prestar un poco de atención cuando me
aburro.
-Justin, me aburro.
-¿Y qué quieres que haga?-ni me mira.
Pues perfecto. Es que me encanta que me ignoren, ¿sabíais?
-Deja de ver la tele un puto minuto y hazme caso-digo firme.
Me mira sorprendido, después estalla en una carcajada.
-Eh, ¿a que viene ese humor?-pregunta mirándome.
-Que me aburro y no me haces caso-digo quejándome.
-Es que estaba viendo la película, mi niña.
Saca una sonrisa tierna y me dan ganas de comerle a besos,
es tan mono. Parece que él lo tiene más claro y se lanza a mis labios besándome
lento y suave. Juega con un mechón de mi pelo, yo tengo las manos en su pelo y
le acaricio despacio. Se separa, pero yo no paro de mover las manos en su pelo.
-Me encanta que hagas eso-dice susurrando con los ojos
cerrados-Me siento bien cuando lo haces.
Ahora abre los ojos y sonríe, yo también le regalo una
sonrisa.
-A mí me encanta hacerlo, tienes el pelo tan suave…
-Tú pelo es más suave-dice ahora acariciando mi pelo él.
-Si, es el champú, si quieres te lo presto algún día-bromeo
Me da un golpecito en la tripa y reímos.
-Oye, Justin ¿por qué no me enseñas a montar en skate?
-¿Estás hablando en serio?
-Pues claro, no lo voy a decir en broma. Así hacemos algo
productivo.
Él no muy convencido abre el armario y saca un skate, quiero
aprender en serio. Bajamos las escaleras y vamos andando hacia el parque de los
patos. Ahí no suele haber mucha gente y a demás es todo liso. Me acuerdo cuando
intenté aprender a montar en patines, fuimos al parque “Lightblue” mi madre
estaba ahí, con mi hermana en brazos y mi abuela a su lado… Después de haberlo
intentado unas cien veces estaba dispuesta a rendirme pero las vi a ellas tan
emocionada que me levanté del banco y comencé a patinar, lo estaba haciendo más
o menos bien hasta que escuché que mi hermana me llamaba, acababa de decir mi
nombre, mi nombre fue su primera palabra. Me giré a mirarla ilusionada y de
pronto: PUM. Me di de lleno con un poste en la cara. Me empezó a sangrar la
nariz y mi abuela y mi madre vinieron corriendo, no me sentía mal, solo me
dolía un poco la nariz, pero lo más importante de ese día no fue que aprendiera
a patinar si no que mi pequeñaja había dicho su primera palabra: Kelly. Que recuerdos…
Sacudo mi cabeza para ahuyentarlos. Justin me mira y arruga el entrecejo.
-¿En qué piensas?-pregunta con curiosidad.
-Nada, he recordado una cosa nada más-le dedico una sonrisa.
Me da un beso mojado en la frente. Entramos en el parque y
caminamos un poquito hasta que Justin se para y deja el skate en el suelo. Me
quedo parada sin saber bien qué hacer, ahora me arrepiento de haberle pedido
que me enseñara. Tengo miedo de subirme y caerme.
-Ven-dice tirando de mi mano.
Estoy a su lado y me obliga a subirme al skate, está quieto
así que estoy estable.
-Venga, es sencillo.
Dicho esto me dice lo que tengo que hacer y yo empiezo a
coger impulso con el pie derecho. Piso, empujo y lo subo un segundo. Así varias
veces. Justin no me suelta la mano, va corriendo mientras que yo no me atrevo a
poner los dos pies sobre la tabla.
-No me sueltes, Justin-digo nerviosa.
-Que no-dice con la respiración agitada por correr.
Y lo hago, pongo los dos pies sobre la tabla y me mantengo
unos segundos, pero cuando Justin me suelta no tengo la misma seguridad y me
desestabilizo. Me veo de morros contra el suelo. Justin, te voy a matar, no
tenías que soltarme, todavía no… Entonces cuando ya lo veo todo perdido y estoy
a punto de caerme siento sus manos en mi cintura y me frena impidiendo que me
caiga. Suspiro y le abrazo, mis pies no tocan el suelo. Gracias Justin.
-Te salvé princesa-susurra en mi oído.
¿Cómo coño puede ser así? “Te salvé princesa” Muero de amor,
ahora es así como una especie de héroe. Mi héroe.
-Eres mi héroe-susurro ahora yo.
Suelta una risita en mi cuello que se cuela por mi cuerpo en
forma de escalofrío y hace que se me erice la piel. Me suelta y mis pies
vuelven a tocar el suelo, pero sus manos vuelven a mi cintura. Una preciosa
sonrisa aparece en su cara y me mira a los ojos.
-No ibas tan mal.
-Pero me soltaste y…
-Casi terminas contra el suelo-termina mi frase.
-Por tu culpa-digo haciéndome la enfadada.
-¡Yo no te he obligado a montar!
-¡Pero te dije que no me soltaras!
-Te solté pero después te cogí…
La verdad que si no fuera por él ahora estaría en el suelo.
Así que me rindo, él gana:
-Vale, vale tú tienes la razón.
Suelta una carcajada y siento su cálido aliento en mi cara.
Un escalofrío. En menos de dos segundos sus labios chocan contra los míos. Un
beso y otro y otro más… Pierdo la cuenta de cuantos van, sólo sé que sus labios
chocan contra los míos y nuestras lenguas luchan libremente. Se separa
definitivamente y eso no me gusta, quiero seguir besándole. Una niña, sentada
en el banco de piedra que hay a mi derecha, nos mira con curiosidad. Justin sin
pensárselo dos veces se agacha y queda a su altura.
-Hola-le dice con una sonrisa.
-Hola-responde ella con timidez.
-¿Cómo te llamas?
-Lisa, ¿y tú?
-Justin. ¿Qué haces aquí solita?
La niña se encoge de hombros. Una mujer se acerca a nosotros
y coge a la niña en brazos, mira a Justin con cara de pocos amigos y se lleva a
la niña murmurando “Lisa, te he dicho que no hables con desconocidos” Pues digo
yo que si no quiere que hable con desconocidos no la deje sola… Justin se
levanta y me mira sonriendo. Me encojo de hombros.
-Bueno, ¿quieres intentarlo de nuevo?-pregunta.
-No, no, no-suelto una carcajada.
-Anda, vámonos-dice negando con la cabeza