viernes, 31 de agosto de 2012

54.No me mires con los ojos, hazlo con el corazón.

 
 
Me aburro un montón. Cuando Justin se lo propone puede estar bien calladito, parece que la película le interesa un montón, pero sinceramente a mí me parece una mierda. Escucho la tele de fondo pero estoy mirándole a él, me sé el perfil izquierdo de su cara de memoria pero sigo mirándole. No sé da cuenta de que le estoy mirando y le doy con un dedo en la nariz y sonríe, me mira. En seguida vuelve su vista a la tele y suspiro. Puede estar dos horas hablando sin descansar, pero no me puede prestar un poco de atención cuando me aburro.
-Justin, me aburro.
-¿Y qué quieres que haga?-ni me mira.
Pues perfecto. Es que me encanta que me ignoren, ¿sabíais?
-Deja de ver la tele un puto minuto y hazme caso-digo firme.
Me mira sorprendido, después estalla en una carcajada.
-Eh, ¿a que viene ese humor?-pregunta mirándome.
-Que me aburro y no me haces caso-digo quejándome.
-Es que estaba viendo la película, mi niña.
Saca una sonrisa tierna y me dan ganas de comerle a besos, es tan mono. Parece que él lo tiene más claro y se lanza a mis labios besándome lento y suave. Juega con un mechón de mi pelo, yo tengo las manos en su pelo y le acaricio despacio. Se separa, pero yo no paro de mover las manos en su pelo.
-Me encanta que hagas eso-dice susurrando con los ojos cerrados-Me siento bien cuando lo haces.
Ahora abre los ojos y sonríe, yo también le regalo una sonrisa.
-A mí me encanta hacerlo, tienes el pelo tan suave…
-Tú pelo es más suave-dice ahora acariciando mi pelo él.
-Si, es el champú, si quieres te lo presto algún día-bromeo
Me da un golpecito en la tripa y reímos.
-Oye, Justin ¿por qué no me enseñas a montar en skate?
-¿Estás hablando en serio?
-Pues claro, no lo voy a decir en broma. Así hacemos algo productivo.
Él no muy convencido abre el armario y saca un skate, quiero aprender en serio. Bajamos las escaleras y vamos andando hacia el parque de los patos. Ahí no suele haber mucha gente y a demás es todo liso. Me acuerdo cuando intenté aprender a montar en patines, fuimos al parque “Lightblue” mi madre estaba ahí, con mi hermana en brazos y mi abuela a su lado… Después de haberlo intentado unas cien veces estaba dispuesta a rendirme pero las vi a ellas tan emocionada que me levanté del banco y comencé a patinar, lo estaba haciendo más o menos bien hasta que escuché que mi hermana me llamaba, acababa de decir mi nombre, mi nombre fue su primera palabra. Me giré a mirarla ilusionada y de pronto: PUM. Me di de lleno con un poste en la cara. Me empezó a sangrar la nariz y mi abuela y mi madre vinieron corriendo, no me sentía mal, solo me dolía un poco la nariz, pero lo más importante de ese día no fue que aprendiera a patinar si no que mi pequeñaja había dicho su primera palabra: Kelly. Que recuerdos… Sacudo mi cabeza para ahuyentarlos. Justin me mira y arruga el entrecejo.
-¿En qué piensas?-pregunta con curiosidad.
-Nada, he recordado una cosa nada más-le dedico una sonrisa.
Me da un beso mojado en la frente. Entramos en el parque y caminamos un poquito hasta que Justin se para y deja el skate en el suelo. Me quedo parada sin saber bien qué hacer, ahora me arrepiento de haberle pedido que me enseñara. Tengo miedo de subirme y caerme.
-Ven-dice tirando de mi mano.
Estoy a su lado y me obliga a subirme al skate, está quieto así que estoy estable.
-Venga, es sencillo.
Dicho esto me dice lo que tengo que hacer y yo empiezo a coger impulso con el pie derecho. Piso, empujo y lo subo un segundo. Así varias veces. Justin no me suelta la mano, va corriendo mientras que yo no me atrevo a poner los dos pies sobre la tabla.
-No me sueltes, Justin-digo nerviosa.
-Que no-dice con la respiración agitada por correr.
Y lo hago, pongo los dos pies sobre la tabla y me mantengo unos segundos, pero cuando Justin me suelta no tengo la misma seguridad y me desestabilizo. Me veo de morros contra el suelo. Justin, te voy a matar, no tenías que soltarme, todavía no… Entonces cuando ya lo veo todo perdido y estoy a punto de caerme siento sus manos en mi cintura y me frena impidiendo que me caiga. Suspiro y le abrazo, mis pies no tocan el suelo. Gracias Justin.
-Te salvé princesa-susurra en mi oído.
¿Cómo coño puede ser así? “Te salvé princesa” Muero de amor, ahora es así como una especie de héroe. Mi héroe.
-Eres mi héroe-susurro ahora yo.
Suelta una risita en mi cuello que se cuela por mi cuerpo en forma de escalofrío y hace que se me erice la piel. Me suelta y mis pies vuelven a tocar el suelo, pero sus manos vuelven a mi cintura. Una preciosa sonrisa aparece en su cara y me mira a los ojos.
-No ibas tan mal.
-Pero me soltaste y…
-Casi terminas contra el suelo-termina mi frase.
-Por tu culpa-digo haciéndome la enfadada.
-¡Yo no te he obligado a montar!
-¡Pero te dije que no me soltaras!
-Te solté pero después te cogí…
La verdad que si no fuera por él ahora estaría en el suelo. Así que me rindo, él gana:
-Vale, vale tú tienes la razón.
Suelta una carcajada y siento su cálido aliento en mi cara. Un escalofrío. En menos de dos segundos sus labios chocan contra los míos. Un beso y otro y otro más… Pierdo la cuenta de cuantos van, sólo sé que sus labios chocan contra los míos y nuestras lenguas luchan libremente. Se separa definitivamente y eso no me gusta, quiero seguir besándole. Una niña, sentada en el banco de piedra que hay a mi derecha, nos mira con curiosidad. Justin sin pensárselo dos veces se agacha y queda a su altura.
-Hola-le dice con una sonrisa.
-Hola-responde ella con timidez.
-¿Cómo te llamas?
-Lisa, ¿y  tú?
-Justin. ¿Qué haces aquí solita?
La niña se encoge de hombros. Una mujer se acerca a nosotros y coge a la niña en brazos, mira a Justin con cara de pocos amigos y se lleva a la niña murmurando “Lisa, te he dicho que no hables con desconocidos” Pues digo yo que si no quiere que hable con desconocidos no la deje sola… Justin se levanta y me mira sonriendo. Me encojo de hombros.
-Bueno, ¿quieres intentarlo de nuevo?-pregunta.
-No, no, no-suelto una carcajada.
-Anda, vámonos-dice negando con la cabeza


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