Se acabó. Estamos volviendo a la universidad dejando este
paraíso atrás. Dejando grabados aquí los recuerdos. Cada dulce beso con sabor a
sol, cada sonrisa perfecta, cada sonrisa regalada, cada sonrisa inesperada,
cada abrazo fuerte, de esos que te dejan sin respiración, cada momento de
locura en los que rodábamos por la arena, cada baño de amor que nos dábamos en
el mar… Estoy más feliz que nunca. Si señor, después de tres años he encontrado
la felicidad en ella, en sus labios, en sus ojos, en sus besos, en sus abrazos.
Soy un cabrón afortunado y feliz. La miro a ella y la veo sonriendo mientras
mira a su cámara de fotos. Ha hecho fotos a todo, a cada cosa extraña, a cada
momento insignificante. Ha congelado este poquito tiempo en sus fotos. En esta
carretera no hay ni un alma, somos los únicos que estamos aquí en este
instante.
Kelly estira su brazo hasta mi cabeza y coge mis gafas de
sol para después ponérselas ella. Sonríe.
-Me las dejas, ¿a qué si?
-Pero si ya las has cogido-digo riendo.
Se encoge de hombros y me mira.
-Es que sabía que me las ibas a dejar.
-Claro, claro…
Sigo conduciendo y llegamos a la ciudad. No estamos en
silencio, decimos tonterías y reímos sin parar. Llegamos a un semáforo en rojo
y paro. Ella se acerca a mí y junta su mejilla con la mía, susurra un “Sonríe”
y eso hago sonrío y ella saca una foto. No se ha quitado mis gafas, pero está
muy linda. Verde. Pongo el coche en marcha de nuevo y la miro de reojo un
instante, se ha quedado mirando la foto.
-Sales realmente guapo.
Mis labios forman una sonrisa de esas que llegan de
improviso, dejando ver mis dientes.
-Lo sé-bromeo
-Creído.
Se ríe y me da un golpe en el brazo.
-Cuidado, que todavía nos chocamos con algo.
-Estúpido, cuidado tú-dice riendo.
-¿Pero esto que es? Soy guapo, un creído y un estúpido.
-Si, eres guapo, un creído y un estúpido.
-Ah, genial entonces-digo haciéndome el enfadado.
-No te enfades mi niño-dice mirándome y haciendo un puchero.
-No me enfado, princesa. ¿Quieres un caramelo?
Asiente y abro la guantera sacando dos caramelos de cereza,
me como uno y el otro se lo entrego a ella. Se acerca a mi mejilla y me da un
beso suave. Después se come el caramelo y dobla el envoltorio muchas veces,
todas las veces que se pueda.
Este es uno de esos momentos de cuando eres pequeño y la
niña morena de las dos coletas te gusta muchísimo, entonces le regalas un
caramelo de cereza y ella con todo su agradecimiento te da un beso en la
mejilla y tú te quedas como un tonto mirando a esa niña de las dos coletas que
sonríe como una princesita y se come el caramelo de cereza con gusto a tu lado…
-Ya estamos llegando
-Justin, han sido unos de los mejores días de mi vida…
¿Cómo? Perdona, he escuchado perfectamente, pero no me lo
creo. No puedo creer que acabe de decir eso… Siento como mi corazón se acelera,
ella mira a sus piernas, puedo notar un poco de rubor en sus mejillas. Que mona
es. Casi tengo miedo de que ella pueda escuchar mi corazón en este momento. Una
sonrisa aparece en mi cara.
-Para mí también, cielo.-respondo sin quitar la vista a la
carretera.
Y no miento, nunca me había sentido tan feliz con una mujer
que no fuese mi madre… A demás con Kelly es una felicidad diferente. Nadie me
dijo que algún día iba a escuchar su voz diciendo que me quería. Quiero tenerla
siempre cerca de mí.
…
~Narra Kelly~
Entro a la habitación con una sonrisa y Patricia en seguida
se lanza a mis brazos.
-Pero… pero… ¡Estás más morena!-dice cuando deja de
abrazarme.
-Si-sonrío.
-¿Qué tal todo?
-¿Por donde quieres que empiece?
-Da igual, pero cuéntamelo todo.
Y eso hago. Hablo, hablo, hablo y hablo. Ella escucha con
atención, sonriendo dulcemente. Le cuento todo: la primera noche, la mañana siguiente,
las veces que hemos ido a la playa, lo que hemos comido, las tonterías que hemos
hecho… La única parte que no le cuento es en la que Justin me dijo que perdió
la virginidad con ella… Y es que tengo ahí una cosa que me dice: Dónde hubo
fuego quedan cenizas. Y la verdad es que tengo un poco de miedo de que entre
Justin y Patri aún queden cenizas.
-Tía, Justin te ha desflorado…-dice abriendo mucho los ojos.
Y estallamos en una carcajada. Esta chica tiene unas cosas… Llaman
a la puerta y voy a abrir, Ryan está plantado frente a la puerta.
-Hola-digo con una sonrisa.
-Hola, pequeña-dice abrazándome.
Pasa y le da un beso en los labios a Patri. Creo que sobro
aquí.
-Bueeeeeeno me voy-digo saliendo por la puerta.
-¿Ya?-pregunta Patri que ahora está sentada encima de Ryan.
Asiento y no digo nada más. Me marcho y voy a la habitación
de Justin. ¿Qué estará haciendo? Sonrío yo sola como una tonta. Llamo a su
puerta. Me abre con una sonrisa.
-Hola, princesa
-Hola, cielo.
Me da un beso mojado sobre los labios y paso a su
habitación. Me siento el la mesa de su escritorio y él se pone delante de mí,
de pie.
-Te he echado de menos.-susurra-Pero solo un poquito eh.
-Pues yo te he echado mucho de menos-digo rozando mi nariz
con la suya.
-Bueno, vale, yo también te he echado mucho de menos-dice
con una sonrisa.
-Pues ya estoy aquí bebé-susurro antes de fundirme con él en
un beso.
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